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miércoles, 16 de junio de 2010

inihibidores de la monoaminooxidasa

Los inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO) constituyen la categoría terapéutica a la que pertenece cierto grupo de fármacos antidepresivos y que actúan bloqueando la acción de la enzima monoaminooxidasa. Fueron los primeros antidepresivos existentes en el mercado.
Antecedentes
Los fármacos para combatir la depresión pueden clasificarse según su estructura química en tres grupos principales: los antidepresivos heterocíclicos, los no heterocíclicos y los inhibidores de la monoaminooxidasa.
Tipos de IMAO
Existen actualmente tres tipos de IMAO, según sea su acción inhibitoria de la monoaminooxidasa.
Inhibidores no selectivos de la monoaminooxidasa
Isocarboxazida
Nialamida
Fenelzina
Tranilcipromina
Iproniazida
Iproclozida
Fenilalanina
Neonatalico
[editar] Inhibidores de la monoaminooxidasa tipo A
Moclobemida
Toloxatona
Inhibidores de la monoaminooxidasa tipo B
A pesar de existir en la actualidad antidepresivos más modernos, los IMAO siguen siendo válidos en el caso de pacientes que no responden a otros tratamientos.
Precauciones
Para los pacientes que toman IMAO es peligrosa la ingesta de alimentos que contienen niveles elevados de tiramina (que normalmente se encuentra en quesos fermentados, vinos y alcohol en general, y en encurtidos o alimentos en conserva de vinagre). La interacción de la tiramina con los IMAO puede ocasionar una crisis hipertensiva que puede llevar a la ruptura de una arteria en el cerebro, es decir, un accidente cerebro-vascular. El médico debe proporcionar al paciente una lista completa de los alimentos prohibidos que el paciente debe llevar consigo. La reacción peligrosa se explica porque la tiramina, al no ser neutralizada (oxidada) por la monoaminooxidasa del cuerpo, provoca una reducción del diámetro de los vasos sanguíneos con lo cual la presión arterial aumenta.
Algunos otros alimentos que deben evitarse son hongos, caracoles, riñones, conservas de carne y pescado, aguacates, ahumados, plátanos,té y embutidos. Cuando un paciente toma IMAO, dichos alimentos deben ser estrictamente evitados, al igual que algunos medicamentos, como los descongestionantes que se toman para el resfriado y algunas alergias, y cualquier otro antidepresivo.
Cuando se está tomando un IMAO existe una gran cantidad de medicamentos peligrosos, además de los ya indicados, por lo que es fundamental informar que se toman IMAO cuando se acude a un médico.
El periodo de seguridad entre el cese de la toma del IMAO, sobre todo de los no selectivos, y la toma de un medicamento incompatible con él es de dos semanas. Se considera que a las dos semanas los metabolitos del IMAO ya han abandonado el organismo

inihibidores de la monoaminooxidasa

antidepresivos triciclicos


Estructura de la amitriptilina, uno de los antidepresivos tricíclicos.
Los antidepresivos tricíclicos son un grupo de medicamentos antidepresivos que reciben su nombre de su estructura química, que incluye una cadena de tres anillos. Los tricíclicos son uno de los más importantes grupos de fármacos usados en el tratamiento médico de los trastornos del estado de ánimo (como los trastornos bipolares), junto con los IMAO (inhibidores de la MAO o monoaminooxidasa), el litio, y los inhibidores selectivos de la recaptación de las monoaminas. Por lo general están contraindicados en menores de 18 años, y deben usarse con precaución (cálcular la relación riesgo-beneficio) en embarazo y lactancia, epilepsia y conductas suicidas. El primer antidepresivo tricíclico fue la imipramina, aunque se pensó inicialmente como antiesquizofrénico, sin embargo, pronto se descubrió su efecto antidepresivo.

Farmacología
La mayoría de los tricíclicos se absorben de manera incompleta por vía oral, y después de su absorción pasan por un importante metabolismo de primer orden. Los tricíclicos se metabolizan por dos vías principales, la transformación del núcleo tricíclico y la lateración de su cadena alifática. El volumen de distribución es bastante grande como resultado de la alta unión protéica y la relativamente alta solubilidad lipídica de estos medicamentos.[1]
Mecanismo de acción

Tabletas de doxepina.
Los antidepresivos tricíclicos se han usado clínicamente por más de cuatro décadas y tienen cierta semejanza química y, en menor medida, farmacológica a las fenotiazinas.[1] El descubrimiento de sus propiedades antidepresivas fue una observación fortuita, pues inicialmente se creyó que serían útiles como antihistamínicos con propiedades sedativos y potencialmente antipsicóticos. Su uso ahora se limita para el tratamiento de la depresión y otras patologías conductuales mediadas por bloqueo en el normal funcionamiento de los neurotransmisores tales como serotonina y noradrenalina, se utilizan desde antidepresivos triciclicos—la imipramina y la amitriptilina son los prototipos—hasta tetraciclicos, como la amoxapina, y además se usan inhibidores selectivos de la recaptación de neurotransmisores específicos como por ejemplo de serotonina (ISRS).
Los antidepresivos tricíclicos impiden la recaptación de la serotonina y la noradrenalina, lo que da lugar, por tanto, a un aumento de sus niveles en el encéfalo. Por ello han sido utilizados para impedir la depresión posterior de ingestas de drogas como el MDMA, un fármaco asociado a los suicidios mediante tóxicos, llegando a constituir en distintos estudios el 19% de los fármacos empleados: sus efectos han sido incluso utilizados para inducir al suicidio. Algunos con acción serotonérgica son: amitriptilina, imipramina y la clomipramina. Con acción noradrenérgica: nortriptilina y desipramina.
[Efectos secundarios
Algunos signos y síntomas de la intoxicación por antidepresivos incluyen sequedad bucal, visión borrosa, midriasis, cansancio, retencion urinaria (por aumento de la tonalidad del músculo liso), aumento de la temperatura, arrítmias,[2] hipotensión postural, convulsiones, shock, coma y muerte. Debido a la absorción retardada, su prolongada vida media y su circulación hepática, el paciente puede encontrarse bajo riesgo en periodos de 4 a 6 días.
Otras reacciones adversas a medicamentos antidepresivos se encuentran efectos anticolinergicos como broncodilatación, efectos cardiovasculares, aumento de peso y disfunción sexual. La venlafaxina provoca especificamente aumento de la presión arterial media. Los ISRs producen sedación y efectos anticolinérgicos. Los IMAOS (inhibidores de la monoaminooxidasa) provocan hipotensión ortostática (postural) y disfunción sexual. La trazodona y nafazodona provocan priapismo (erecciones recurrentes y dolorosas) y aumento de SGOT plasmático (transaminasa glutámico-oxaloacética).
En caso de sobredosis, por ejemplo por clorhidrato de desipramina[3] o imipramina,[4] los síntomas como respiración lenta, dificultado urinaria, visión borrosa, vómitos y latidos cardíacos anormales, aparecen por lo general en el término de 4 horas después de la ingestión y alcanzan su máxima severidad después de 24 horas. El pronóstico y evolución del afectado depende de la prontitud del socorro médico.
Ejemplos
El primer antidepresivo tricíclico descubierto fue la imipramina, descubierta accidentalmente en la búsqueda de un nuevo antipsicótico en los años 1950. Desde entonces, algunos de los tricíclicos añadidos a la lista de antidepresivos incluyen:
Nombre
Marca comercial
Inhibidor de la recaptación de Norepinefrina
Inhibidor de la recaptación de Serotonina
Antagonista dopaminérgico
Antihistamínico
amitriptilina (y butriptilina)
Elavil,[2] Endep, Tryptanol, Trepiline, Amyzol
si
si
si
amoxapina
Asendin,[5] Asendis, Defanyl, Demolox, Moxadil
si
si
metabolito
si
clomipramina
Anafranil[5]
metabolito
si
desipramina
Norpramin,[5] Pertofrane[2]
si
dosulepina clorhidrato (dothiepin HCl)
Prothiaden, Thaden
si
doxepina
Adapin, Sinequan[5]
si
si
imipramina (y dibenzepina)
Tofranil,[5] Janimine[2]
si
si
si
iprindol
-
si
lofepramina
Gamanil
si
nortriptilina
Aventyl,[2] Pamelor[5]
si
opipramol
Opipramol-neuraxpharm, Insidon
si
protriptilina
Vivactil,[5] Rhotrimine
si
trimipramina
Surmontil[5]
si
si
Nota: Ciertas fuentes sugieren que la mayoría de los tricíclicos combinan, hasta cierto punto, efectos tanto adrenérgicos como serotonérgicos, a menudo reportados en proporciones. Algunos de los medicamentos descritos aquí, en orden del más selectivo para receptores no-adrenérgicos al más selectivo para los receptores de la serotonina: lofepramina, nortriptilina, amitriptilina, imipramina, clomipramina.[6]
Clasificación: aminas
Los antidepresivos tricíclicos a menudo se clasifican como aminas terciarias y secundarias. Por lo general, las aminas terciarias potencian a la serotonina así como receptores no-adrenérgicos y producen mayor sedación, efectos anticolinérgicos e hipotensión ortostática.[7] Las aminas secundarias actúan principalmente sobre los no-adrenérgicos y tienden a tener un perfil de efectos secundarios más leve.[8]
Las aminas terciarias incluyen: amitriptilina, imipramina, trimipramina, doxepina, clomipramina, y lofepramina.
Las aminas secundarias incluyen: nortriptilina, desipramina, protriptilina, y amoxapina.

clorpromacina

La clorpromazina es un medicamento neuroléptico, hallado por el francés Paul Charpentier y dado a conocer por otro francés: el Doctor Henri Laborit, cirujano y escritor; filósofo y sabio, además de pintor, poeta, etc. Está categorizado dentro de los antipsicóticos clásicos o típicos, y su descubrimiento para posterior uso en la Psiquiatría se denomina la "Cuarta revolución en Psiquiatría".
Este compuesto sorprendió al ver que actuaba como tranquilizante sin sedar, es decir, manteniendo la conciencia, lo que sugirió la idea de utilizarla con pacientes psiquiátricos. Lo más curioso es que fue creada como antihistamínico; al ver un cirujano francés que administrada antes de una operación (con el fin de disminuir una hinchazón), tenía efecto calmante, se pensó en su uso con pacientes psicóticos. Y fue un éxito, calmaba a los esquizofrénicos agitados y activaba a los embotados.
Al parecer, al igual que otros muchos neurolépticos, actúa sobre el circuito de la dopamina, como predice la teoría dopaminérgica de la esquizofrenia.
La clorpromazina permitió que muchos esquizofrénicos abandonasen los manicomios e hiciesen una vida relativamente "normal".
Pertenece al llamado grupo de fármacos típicos para tratar la esquizofrenia, por lo que es un bloqueador del receptor D2 (inhibitorio) de la Dopamina que predomina en neuronas del Estriado Ventral (como las acumbrens). También existe D2 en el estriado dorsal y en el túbulo infudibular, en los que causa efectos secundarios.
La clorpromazina es un fármaco de baja potencia y, como tal, bloquea además de D2 los receptores α1 y α2 (en los que es cardiotóxico), H1 (conlleva aumento de peso), H2, M1 y M2 (en ambos, visión borrosa e hipertensión ocular).
También se usa en el tratamiento de la corea en la enfermedad de Huntington con unas dosis de 300-500 mg al día.
Somnolencia
Falta de expresión en el rostro
Arrastrar los pies al caminar
Intranquilidad
Agitación
Nerviosismo
Movimientos extraños, lentos o incontrolables de cualquier parte del cuerpo
Dificultad para dormirse o permanecer dormido
Aumento del apetito
Aumento de peso
Secreción de leche materna
Distensión de los senos
Falta de algunos períodos menstruales
Disminución de la capacidad sexual
Cambios en el color de la piel
Sequedad en la boca
Congestión nasal
Dificultad para orinar
Dilatación o contracción de las pupilas[1]
[ Síntomas de sobredosis
Somnolencia
Pérdida del conocimiento
Movimientos extraños, lentos o incontrolables de cualquier parte del cuerpo
Agitación
Intranquilidad
Fiebre
Convulsiones
Sequedad en la boca
Arritmias cardíacas[1]

antipsicoticos

neuroléptico o antipsicótico es un fármaco que comúnmente, aunque no exclusivamente, es usado para el tratamiento de las psicosis. Los neurolépticos ejercen modificaciones fundamentalmente en el cerebro y pueden servir en casos de esquizofrenia para, por ejemplo, hacer desaparecer las alucinaciones, y generalmente —en dosis terapéuticas— no presentan efectos hipnóticos. Se han desarrollado varias generaciones de neurolépticos, la primera la de los antipsicóticos típicos, descubiertos en los cincuenta. La segunda generación constituye un grupo de antipsicóticos atípicos, de descubrimiento más reciente y de mayor uso en la actualidad. Ambos tipos de medicamentos, los típicos y los atípicos, tienden a bloquear los receptores de la vía de la dopamina en el cerebro. Algunos efectos colaterales incluyen la ganancia de peso, agranulocitosis, discinesia y acatisia tardía.
Origen
En el argot psiquiátrico, los antipsicóticos, también llamados antipsicóticos clásicos, típicos o tranquilizantes mayores, se identifican bajo el término de neurolépticos, del griego neuro, "nervio", y lepto, "atar". Su descubrimiento fue accidental.
El doctor francés Henri Laborit realizaba estudios con sustancias que pudiesen antagonizar los síntomas del estado de choque cuando descubrió la clorpromazina, un fármaco capaz de producir cierta somnolencia y disminuir las reacciones ante estímulos ambientales sin ocasionar la pérdida total de la conciencia.
Se suele decir que su descubrimiento fue accidental. Sin embargo, esta afirmación ignora el estado de la ciencia en los años 40 y 50 del siglo XX y la forma de investigar los efectos de los medicamentos que se estaban sintetizando en aquellas fechas. En realidad deberíamos decir que el descubrimiento de su acción antipsicótica fue resultado de la observación detallada de sus efectos en pacientes no psiquiátricos (Henri Laborit) y de su ensayo posterior en pacientes psicóticos (los psiquiatras franceses Jean Delay y Pierre Deniker).[1]
En 1952 Jean Delay y Pierre Deniker, dos de los psiquiatras más reconocidos de su época, comenzaron a ensayar la clorpromazina, administrándola a algunos de sus pacientes. Los resultados fueron calificados como extraordinarios, en especial por el impacto en psiquiatría, y en especial respecto al tratamiento de la esquizofrenia. El número de pacientes que requieren hospitalización en instituciones mentales se redujo notoriamente, con lo cual la psiquiatría encontró algo más cercano a un fundamento más biológico en la explicación de la esquizofrenia.[2] En 1958 Janssen descubrió las propiedades antipsicóticas del haloperidol y a partir de entonces siguieron explorándose los usos antipsicóticos de otras sustancias similares.
En las décadas posteriores se sintetizaron numerosos compuestos antipsicóticos con eficacia equivalente y con pocas diferencias en su toxicidad. No fue sino hasta los años 90 del siglo XX cuando se consigue reunir un grupo de fármacos llamados antipsicóticos "atípicos" con ciertas ventajas sobre los anteriores (por ejemplo, el control de síntomas reducía los riesgos de efectos adversos), fármacos que se han convertido en los predominantes en los países desarrollados.
El descubrimiento de los beneficios del litio resultó ser una combinación de una hipótesis incorrecta y extremadamente buena fortuna en la selección de una dosificación correcta. Aunque la clorpromazina se usa en el presente ocasionalmente, junto con la reserpina, son drogas que han sido suplantadas por agentes más recientes.
Farmacología
Clasificación
Clasificación clínico-farmacológica
1. Antipsicóticos típicos (clásicos)
Su acción antipsicótica se ejerce al bloquear los receptores dopaminérgicos D2.
Son eficaces sobre los síntomas positivos de la esquizofrenia.
Tienen muchos efectos adversos, sobre todo extrapiramidales.
2. Antipsicóticos atípicos (nuevos)
Su acción antipsicótica se ejerce no sólo por el antagonismo de los receptores dopaminérgicos D2, sino también por los de serotonina, histamínicos y muscarínicos.
Presentan un espectro de eficacia mayor, incluyendo los síntomas negativos y positivos.
Ocasionan menos efectos adversos incluyendo una baja incidencia de efectos extrapiramidales, además de una mínima afectación de la prolactina y otras hormonas.
Clasificación química
En función de su estructura química, hay antipsicóticos:
Típicos (Clásicos)
Fenotiazinas: Las hay de tres tipos distintos:
Alifáticas. Ej: Clorpromacina, Levopromacina, Trifluoroperacina.
Piperidínicas: Son las fenotiacinas menos potentes. Ej: Tioridazina, Periciazina.
Piperazínicas: Contienen un –OH, son muy lipofílicas, tienen mayor potencia. Ej: Trifluoperazina.
Butirofenonas. Ej: Haloperidol: Poca actividad adrenérgica o muscarínica. Su presentación farmacéutica es de liberación lenta.
Tioxantenos. Ej: Tiotixeno.
Atípicos (Nuevos)
Dibenzodiacepinas: Pocos efectos extrapiramidales, su acción es antagónica; predominantemente sobre los receptores 5HT2. Ej.: Clozapina, Olanzapina, Clotiapina, Quetiapina.
BENCISOXAZOLES: Producen mínima sedación y tienen bajo riesgo de efectos extrapiramidales. Ej.: Risperidona.
[ Mecanismo de acción y formas de empleo
Los neurolépticos pueden administrarse por vía oral, sublingual, intramuscular o endovenosa según sea el caso y el producto comercial. Al llegar al cerebro ocupan los receptores del neurotransmisor conocido como dopamina y en algunos casos también los de la serotonina. Actúan como antagonistas bloqueando sus efectos y producen un estado de tranquilidad e indiferencia inmediatas; es por esto que en 1952 el primer científico en experimentar con ellos los calificó de auténticos "lobotomizadores químicos".
La mayor parte de los neurolépticos son fuertes bloqueadores de los receptores post-sinápticos D2 del sistema nervioso central, especialmente en el sistema frontal-mesolímbico. También se ha descubierto una densidad aumentada de receptores de dopamina en exámenes post-mórtem del cerebro de pacientes esquizofrénicos. Por ello se ha estipulado que la esquizofrenia puede ser causada por una excesiva actividad dopaminérgica. Adicionalmente, hay medicamentos que, como el levodopa y las anfetaminas, agravan la esquizofrenia o producen nuevas psicosis en algunos pacientes.
Sin embargo, existen otras posibilidades, pues no todos los antipsicóticos son completamente eficaces en el tratamiento de la esquizofrenia, y en algunos pacientes no tienen ningún efecto terapéutico. Se ha notado también que algunos de los más recientes fármacos tienen una débil asociación con los receptores D2 y, sin embargo, son más efectivos que aquellos que son más afines por el receptor.[2]
Usos terapéuticos
No se conoce aún el fundamento molecular de la esquizofrenia y otros trastornos psicóticos, aunque las evidencias apuntan a un síndrome multifactorial. Al menos un gen ha sido asociado a la esquizofrenia en ciertas regiones del mundo, el gen que codifica a la neuregulina 1.[2] Los psiquiatras prescriben neurolépticos especialmente en cuadros clínicos de esquizofrenia, paranoia, psicosis orgánicas y funcionales. Existen cuadros clínicos en los que están severamente contraindicados, tal es el caso de la demencia de cuerpos de Lewy (DCL).
Los neurolépticos o tranquilizantes mayores también tienen uso diseminado en medicina veterinaria como agentes tranquilizantes, sedantes o hipnóticos, según la dosis, pues disminuyen la excitabilidad nerviosa sin llegar al embotamiento de la conciencia ni generar somnolencia. Disminuye la acción motora y se reduce el umbral de convulsiones.
También la acepromazina posee efectos antieméticos. Otros neurolépticos son: la carbamazepina, la acepromazina, el haloperidol y la olanzapina, un reciente antimaníaco.

metrocroplamida

FORMA FARMACÉUTICA Y FORMULACIÓN:
Cada ampolleta contiene:
Clorhidrato de metoclopramida......................................... 10 mg
Vehículo, c.b.p. 2 ml.
Cada TABLETA contiene:
Clorhidrato de metoclopramida......................................... 10 mg
INDICACIONES TERAPÉUTICAS: Coadyuvante en el tratamiento de reflujo gastroesofágico, esofagitis, hernia hiatal, gastritis y gastroparesia.
Náusea y vómito (incluye los producidos durante el pos­t­operatorio y los inducidos por medicamentos).
Profilaxis de náuseas y vómitos producidos por quimiote­rápicos, radioterapia y cobaltoterapia.
Tratamiento coadyuvante en la radiografía gastroin­testinal.
Disminuye las molestias de la endoscopia.
CONTRAINDICACIONES: METOCLOPRAMIDA no se debe usar si es que la estimu­lación de la moti­lidad gas­trointestinal puede ser peligrosa; por ejemplo, en presencia de hemorragia gastroin­testinal, obstrucción mecánica o perforación.
La administración de METOCLOPRAMIDA está contra­indicada en pacientes con feocromocitoma, ya que el medi­camento puede causar crisis hipertensivas, probablemente asociadas a la liberación de catecolaminas por el tumor.
METOCLOPRAMIDA está contraindicada en pacientes con sensibilidad conocida e into­lerancia al medicamento; no se debe usar en pacientes epilépticos, o que se les esté administrando otros medicamentos que puedan causar reacciones extrapiramidales, ya que se pueden aumentar.
PRECAUCIONES GENERALES: En un estudio en pacientes hipertensos la administración del clorhidrato de METOCLOPRAMIDA demostró la liberación de catecolaminas; por tanto, se debe tener precaución cuando se use el medicamento en pacientes con hipertensión.
Las inyecciones intravenosas del clorhidrato de METO­CLOPRAMIDA se deben realizar en forma lenta durante 1 a 2 minutos para una dosis de 10 mg, debido a que una administración rápida genera un sentimiento temporal pero intenso de ansiedad e intranquilidad, seguido de mareo. La administración intravenosa del clorhidrato de METO­CLOPRA­MI­DA diluida en una solución parenteral se debe realizar durante un periodo de no menos de 15 minutos.
Debido a que los medicamentos promocionales como el clorhidrato de METOCLOPRAMIDA podrían, en teoría, contribuir con una elevada presión sobre las líneas de sutura después de una anastomosis intestinal o una clausura (aunque los eventos adversos relacionados con esta posibilidad no se han reportado hasta la fecha), se debe considerar la posibi­lidad y sopesarla cuando se decida usar el medicamento o una succión nasogástrica en la prevención de la náusea y el vómito posto­pe­ra­torios. El clorhidrato de METOCLOPRAMIDA puede alterar las capacidades mentales y/o físicas requeridas para el de­sempeño de tareas peligrosas como operar maquinaria o conducir un auto­móvil.
Al paciente ambulatorio se le debe hacer consciente de estos peligros.
RESTRICCIONES DE USO DURANTE EL EMBARAZO Y LA LACTANCIA:
Categoría de riesgo B: Este medicamento se debe usar en el embarazo sólo si es claramente necesario.
El clorhidrato de METOCLOPRAMIDA se excreta en la leche humana, por lo que se deben tomar precauciones si se administra en mujeres lac­tando.
REACCIONES SECUNDARIAS Y ADVERSAS:
En general, la incidencia de reacciones adversas se correlaciona con la dosis y la duración de la administración del clorhidrato de METOCLO­PRA­MIDA.
Efectos sobre SNC: Cansancio, decaimiento, fatiga y lasitud; insomnio, cefalea, confusión, mareos, con menos frecuencia se le asocia con depre­sión mental con tendencias suicidas.
Reacciones extrapiramidales: Las más comunes son reacciones distónicas agudas, incluyendo movimiento involuntario de piernas, gesticulación, tortícolis, crisis ocu­logíricas, protrusión rítmica de la lengua, habla de tipo bulbar, trismus, opistótonos y, raramente, estridor o apnea. En general, estos síntomas se contrarrestan en forma rápida con difen­hidramina.
Síntomas semejantes a Parkinson: Bradici­nesia, tremor, facias seme­jantes a máscara, discinesia tardía que por lo general se caracteriza por movimientos invo­luntarios de la lengua, cara, boca o mandíbula, y algunas veces, movimientos involuntarios del tronco y/o extremidades; los movi­mientos pueden ser en apariencia coreoatetósicos.
Síntomas motores: Ansiedad, agitación, insomnio, así como también incapacidad para permanecer sentado, estos síntomas pueden desaparecer de manera espontánea, o responder a la reducción de la dosis.
Reacciones endocrinas: Galactorrea, amenorrea, gine­comastia, impotencia secundaria a hiperprolac­tinemia, retención de líquidos secundaria a la elevación transitoria de aldosterona.
Reacciones cardiovasculares: Hipotensión, hipertensión supraven­tricular, taquicardia, bradi­cardia.
Reacciones gastrointestinales: Náusea, diarrea pri­maria.
Reacciones renales: Frecuencia urinaria e inconti­nen­cia.
Reacciones hematológicas: Metahemoglo­binemia en especial con sobredosis en los neonatos. Existen algunos casos reportados de neutro­penia, leucopenia y agranulocitosis sin relación clara con la administración de METO­CLO­­PRAMIDA.
Reacciones alérgicas: En pocas ocasiones edema angioneurótico, in­clu­­­yendo edema laríngeo o glótico.
Diversos: Trastornos visuales, porfiria, se ha reportado una rara ocu­rren­cia de síndrome neuroléptico maligno.
Eritema transitorio de la cara y parte superior del cuerpo, sin alteraciones en signos vitales después de la administración de dosis altas por vía I.V.
INTERACCIONES MEDICAMENTOSAS Y DE OTRO GÉNERO: Los efectos de METOCLOPRAMIDA sobre la motilidad gastrointes­tinal son antagonizados por medicamentos anticolinérgicos y analgésicos narcóticos. Los efectos aditivos sedativos pueden ocurrir si METO­CLO­PRAMIDA es administrada conjuntamente con alcohol, sedantes, hip­nóticos, narcóticos o tranquilizantes.
Se debe tener cautela en pacientes a los que se les está administrando inhibidores de la monoaminooxidasa.
Puede disminuir la absorción gástrica de medicamentos, por ejemplo, digoxina; mientras que puede aumentar la absorción o la extensión de la absorción en el intestino delgado. Como la acción de METOCLO­PRAMIDA influye en el tránsito del bolo alimen­ticio hacia el intestino, y en su tasa de absorción, se requiere ajustar la dosis de insulina, o el tiempo de administración en los ­diabéticos. El cloranfenicol, ácido acetilsalicílico, desimipra­mina, doxorrubicina y propantelina, disminuyen la velocidad de absorción de METOCLO­PRA­­MIDA.
PRECAUCIONES EN RELACIÓN CON EFECTOS DE CARCINOGÉNESIS, MUTAGÉNESIS, TERATOGÉNESIS Y SOBRE LA FERTILIDAD: Como METOCLOPRAMIDA aumenta los niveles de prolactina, y considerando que cerca de un tercio de los tumores malignos de mama son sensibles a esta hormona, se debe considerar esta característica en pacientes con antecedentes de cáncer de mama.
Se desconoce la signi­ficancia clínica de la ele­vación de los niveles séricos de prolactina en la mayoría de los pacientes. Sin embargo, hasta la fecha no se ha demostrado por medio de estudios clínicos, ni epidemiológicos la asociación entre la administración crónica de METO­CLOPRAMIDA y la tumorogénesis mamaria, la evidencia disponible es limitada para poder concluir en este respecto. Al parecer METOCLO­PRAMIDA no tiene poten­cial mu­tagénico.
DOSIS Y VÍA DE ADMINISTRACIÓN:
Oral: Adultos: 10 mg/8 horas, 30 minutos antes de las co­midas.
I.M e I.V.:
Síntomas asociados con gastroparesia diabética: Dosis de 10 mg por vía I.V. administrados lentamente.
Para la prevención de náusea y vómito asociado con quimiote­rapia antineoplásica emetogénica: 10 mg diluidos en 50 ml de solu­ción parenteral. La infusión intravenosa se debe suministrar lentamente durante un periodo no menor de 15 minutos; 30 minutos antes de comen­zar la quimioterapia antineo­plásica y repetirla cada 2 horas por dos ­dosis.
Cuando se vaya a utilizar una combinación de medicamentos altamente emetogénicos (cispla­tino, dacar­bazina) se puede usar una dosis inicial de 2 mg/kg.
Para la prevención de la náusea y vómito posquirúr­gico: Se debe administrar METO­CLO­PRAMIDA inyec­table por vía intramuscular cerca del final de la cirugía. La dosis usual para adultos es de 10 mg; sin embargo, es posible usar dosis de hasta 20 mg.
Para ayudar al examen radiográfico: En pacientes en donde el vacia­miento gástrico retrasado interfiere con los estudios de imagen del estó­mago o intestino delgado, es posible administrar una dosis única por vía intravenosa en un periodo de 1-2 minutos.
MANIFESTACIONES Y MANEJO DE LA SOBREDOSIFICACIÓN O INGESTA ACCIDENTAL: Sedación, mareo, reacciones extrapiramidales (tortícolis, trismus, crisis oculogíricas) que son reversibles al suspender la medicación o con la aplicación de diacepam y/o difenhidramina.

dolasetron

El dolasetrón (cuyo nombre comercial Anzemet) es un antagonista del receptor de la serotonina 5-HT3 utilizados para tratar las náuseas y los vómitos después de la quimioterapia. Su efecto principal es reducir la actividad del nervio vago, que es un nervio que activa el centro del vómito en el bulbo raquídeo. No tienen mucho efecto antiemético cuando los síntomas se deben a enfermedad de movimiento. Esta droga no tiene ningún efecto sobre los receptores de la dopamina o de los receptores muscarínicos. El dolasetrón se descompone lentamente, permaneciendo en el cuerpo por mucho tiempo. Una dosis generalmente dura de 4 a 9 horas y se administra generalmente una vez o dos veces al día. Este medicamento se elimina del cuerpo por el hígado y los riñones. Contenido [ocultar] 1 clínica utiliza 2 Los efectos adversos 3 Véase también 4 Referencias [Editar] Clínica usos Inducida por la quimioterapia las náuseas y los vómitos Los antagonistas del receptor 5-HT3 son los principales fármacos utilizados para tratar y prevenir inducidos por la quimioterapia las náuseas y los vómitos. Muchas veces se administra por vía intravenosa 30 minutos antes de comenzar la terapia. Post-operatorio y las náuseas después de la radiación y los vómitos Es una posible terapia para la náusea y el vómito debido a una enfermedad médica aguda o crónica o aguda gastroenteritis A diferencia de los antagonistas 5HT3 mayoría de los otros, faltan datos para el uso de aprepitant en dolasetrón con la quimioterapia las náuseas y vómitos (CINV). También se utiliza a veces como un antiemético (medicamento contra los vómitos) en la medicina veterinaria para perros y gatos. [Editar] Efectos adversos El dolasetrón es un fármaco bien tolerado, con pocos efectos secundarios. Dolor de cabeza, mareos y estreñimiento son los efectos secundarios más comúnmente reportados asociados con su uso. Existe la posibilidad de la prolongación del intervalo QT que ocurra así. No se han reportado interacciones significativas con el uso de esta droga. Se divide por el sistema del hígado citocromo P450 y tiene poco efecto sobre el metabolismo de otras drogas clasificadas por este sistema